"¿Realmente está la mujer integrada en la sociedad y tiene los mismos derechos y oportunidades que los hombres?".
Desde hace unas décadas, se ha venido afirmando que la mujer ha alcanzado la igualdad con respecto al hombre. Sin embargo, en pleno siglo XXI podemos seguir encontrando detalles que aún nos muestran que ello no es del todo cierto; la pregunta es: ¿seguimos sin darnos cuenta de ello?.
En la IV Conferencia de la Mujer (Pekín, 1995), fue cuando internacionalmente se determinó utilizar el denominado "Mainstreaming de Género" como estrategia para alcanzar la igualdad real. Esta herramienta no es más que un modelo de análisis, intervención y gestión, que busca de forma sistemática tener en cuenta las características propias, las necesidades y las diferencias reales de uno y otro sexo (hombres y mujeres) con el fin de lograr alcanzar la igualdad de género de manera efectiva.
¿Y ello por qué?. Tan sencillo como responder que incluso las encuestas, por objetivas que sean (o pretendan ser), también pueden ofrecer visiones sesgadas y, por tanto, no correctas: de ahí que puedan hacer que no se lleven a cabo medidas específicas que solucionen los verdaderos problemas y, por ende, faciliten que se cumpla la Igualdad de Oportunidades en favor de la integración plena de la mujer en nuestra Sociedad.
Imaginemos por ejemplo que en un barrio de cualquier municipio, viven un total de 100 personas en edad laboral (60 mujeres y 40 hombres). Se hace una encuesta para ver cuántas/os de ellas/os tienen trabajo, obteniendo que tan sólo 20 mujeres y 20 hombres tienen empleo.
El resultado que hacen reflejar en la estadística es el siguiente:
Estadísticas: Trabajan 20 % mujeres y 20 % hombres.
He aquí un claro ejemplo de cómo con cifras objetivas y dando una visión sesgada, se puede perjudicar la Igualdad de Oportunidades, ya que realmente no es la misma proporción de mujeres que tienen trabajo que la de hombres. En el siguiente gráfico (que sí es más correcta ya que emplea un corrector denominado "Indicadores de Género") se ve claramente que no es igual tal proporción o igualdad:
Como observamos en este segundo gráfico, en la población femenina hay un 33,33% de empleo (trabajan 20 mujeres de un total de 60) mientras que en la población masculina hay un 50% de empleo (trabajan 20 hombres de un total de 40). Queda en evidencia, que lo que antes parecía unos datos proporcionales en realidad eran unos datos truncados y, por lo tanto, no se ajustaban perfectamente a la situación real.
Volviendo a la pregunta que nos cuestionábamos inicialmente, ahora podemos ver que en pleno siglo XXI, pese a que en apariencia se trata de dar una imagen de integración de la mujer sin embargo encontramos que en el plano real la cosa dista bastante de ser lo que debiera.
En ese sentido, el "Mainstreaming" o Transversalidad de Género busca que se cumpla el Principio de Igualdad de Oportunidades; y ello en base no sólo a desarrollar la diferente legislación que se ha venido aprobando a diferentes niveles (internacional, comunitario, estatal y autonómico) desde el IV Congreso de la Mujer, sino que además también se luche por conseguir la erradicación de la discriminación por razón de género en todos los aspectos.
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